La École Centrale de Lyon forma a verdaderos ingenieros generalistas, con una mentalidad abierta y dotados de una ética fundamental para imaginar los avances que permitan hacer frente a los desafíos de la sociedad del siglo XXI.
Durante tres años, los alumnos reciben una excelente formación científico-técnica que se complementa con una importante carga lectiva en ciencias humanas y sociales, prácticas laborales en proyectos, dominio de dos o incluso tres idiomas y una apertura específica al extranjero y al mundo de los negocios.
La formación se basa en las particularidades y los puntos fuertes propios de la École Centrale de Lyon, y dota a los titulados de una marcada identidad, particularmente bien adaptada a las necesidades actuales de las empresas.
Destaca el dinamismo de la investigación (seis laboratorios del CNRS en el campus) y las sinergias entre la investigación, las relaciones industriales y las relaciones internacionales. Los laboratorios desarrollan numerosas asociaciones con empresas que respaldan sus actividades de investigación.
Igualmente, logramos firmes colaboraciones con equipos de investigación de laboratorios internacionales (Canadá, Japón, Brasil, China, etc.). Gran parte de la formación se lleva a cabo en los laboratorios, en pequeños grupos que forman parte de los equipos de investigación de la École. De esta forma, los alumnos conocen en profundidad los retos industriales globales del mañana.
Cada alumno diseña su plan de estudios eligiendo cursos, optativas, prácticas, intercambios internacionales y dobles titulaciones.
La formación de los ingenieros generalistas se fundamenta en una exigente capacitación científico-técnica transdisciplinar, que combina los conocimientos en el campo científico, la elaboración de modelos, actividades de laboratorio y experiencia sobre el terreno. Así aprenden a poner en práctica conocimientos y competencias, lo que permite impulsar el motor de la innovación.
El plan de estudios fomenta el diálogo entre las diferentes profesiones y perfiles de alumnos mediante proyectos de colaboración e intercambios entre ingenieros generalistas y especializados, alumnos de máster y de doctorado.
Por último, la apertura a otras disciplinas distintas de las ciencias de la ingeniería y a otros tipos de enfoque —en particular, asociativos— complementa la formación humanística de los ingenieros y su espíritu de compromiso.
El ingeniero generalista diseña, mejora, planifica e incluso dirige equipos. Debe ser capaz de adaptarse a cada paso, para lo cual necesita habilidades y conocimientos diversos.